miércoles, febrero 22, 2006

LAS DECLARACIONES DE CONDOLEEZA RICE por Jacobo Torres de León

Las declaraciones de Condoleezza Rice fortalecen la solidaridad con Venezuela y la movilización popular.

Las recientes declaraciones de Miss Condoleezza mantienen la línea trazada por la administración estadounidense, desde la victoria del Comandante Hugo Chávez Frías el 6 de diciembre de 1998.

Y desde esa época, intentaron frenar el avance de la revolución bolivariana.

Esta misma línea se expresa en el paro del 10 de diciembre de 2001 como preludio del golpe de estado de abril de 2002. Se expresa, en la ocupación “militar”, con vulgares desertores de la Fuerza Armada Nacional, de la Plaza Francia de Altamira al este de nuestra capital en octubre de 2002 como preámbulo al paro-sabotaje que intentó doblegar la voluntad de un pueblo que en cuatro años consolidó el gobierno bolivariano. Esa misma línea se expresa en el intento de incendiar Caracas y desde esa oposición obtusa, tener por varios días, a la población del este capitalino, con una sensación de estar sitiada con pequeños focos de violencia, quema de basura y cauchos en las calles y avenidas como antecedente para el enorme fraude en la recolección de firmas con el propósito de enjuiciar a Chávez o revocarlo en el referéndum donde una vez más los venezolanos dimos un paso al frente en defensa de la soberanía popular y la revolución bolivariana.

Con la movilización el pueblo los ha derrotado.

En 1998, una impresionante y espontánea movilización popular impidió que la oligarquía dominante, burlara el triunfo que legítimamente se había dado el pueblo, hasta bien entrada la noche, esa burguesía negando su derrota cabildeó en un intento por lograr el reconocimiento de su candidato, Enrique Salas Römer un fascista que garantizaría la “paz democrática” y la continuidad “institucional”, en su sentido real, garantizaría la continuidad de la aplicación del paquete neoliberal con las privatizaciones y el desmantelamiento del estado, pero ante la impresionante multitud congregada no tuvo el valor o la fuerza para ahogarla en sangre (aunque era su pretensión) y hubieron de reconocer la victoria del 6 de diciembre.

Después de una corta luna de miel, que duró muy poco (1999-2001), ya que no lo pudieron derrotar, trataron de ganárselo para su política expoliadora, sin embargo, cuando a través de la Ley Habilitante (órgano legislativo que le da facultad al Presidente para redactar y promulgar leyes, habilitado por la Asamblea Nacional), donde decretó la ley de tierras, que le devolvía a los indígenas y campesinos la tierra arrebatada en cientos de años de dominación, la ley de pesca que garantizaba los estuarios naturales desterrando la pesca de industrial y de arrastre, privilegiando la pesca artesanal que es más del 80% de los trabajadores de esta actividad económica. Dos reivindicaciones históricas de un pueblo postergado por 170 años de vida republicana.

Este fue el detonante de la conspiración, hasta llegar al 11 y 12 de abril, donde en una acción palaciega sacan del poder al Presidente Chávez por alrededor de 48 horas y con él, echar por tierra la esperanza que pacientemente construía el pueblo. Nuevamente a la calle, entre la madrugada del 12 y el día 13 de abril, aproximadamente seis millones de venezolanos, en una simbiosis de pueblo y fuerza armada, rodeamos los principales símbolos de poder (gobernaciones, alcaldías, guarniciones militares) y lo más importante rodeó el Palacio de Miraflores, sede del ejecutivo nacional y despacho presidencial de la República. Ese día el pueblo dejó un gobierno para conquistar el poder.

Luego vino todo esto de las guarimbas, la recolección fraudulenta de firmas para un revocatorio, las alharacas sobre el fraude cada vez que ganamos contundentes una elección, y llegamos así, al referéndum de 2004, donde una vez más 6 millones de ciudadanos ratificaron en el poder a Hugo Chávez Frías.

Después del referéndum se acabó la oposición en Venezuela.

Todas las derrotas son huérfanas, luego del descalabro del golpe, la contundente paliza del referéndum y los más variados intentos por desestabilizar al país, esa oposición inició su vía crucis, se desdicen unos y otros en un intento desesperado por capitalizar y agrupar a su alrededor sus magras fuerzas.

Desde entonces están atrapados entre tres opciones:

1.- Participar electoralmente, respetando las reglas de juego democráticas y seguir perdiendo espacio por su pobre oferta política, con la ilusión de acumular fuerzas en un futuro, pasando este temporal de rechazo, esperando mejores tiempos.

2.- Seguir intentando un golpe de estado sazonado con intentos de magnicidio, y buscando exasperadamente algún tipo de anclaje popular que justifique su existencia.

3.- Con un discurso democrático, retirarse de las elecciones alegando falta de probidad del ente comicial, para descalificar las instituciones del estado y justificar una salida de fuerza amparados por su verdadero amo, los Estados Unidos.

Las tres variantes han sido derrotadas una por una, luego de 10 elecciones a la reacción le quedan dos gobernaciones, menos de cien alcaldías, muy pocos concejales y ningún diputado. Se ha podido develar todos y cada uno de los planes conspirativos, se detuvo a los 130 paramilitares que habían infiltrado en nuestro territorio, están enjuiciados o prófugos de la justicia los principales actores del golpe de abril y el paro de diciembre de 2002.

La ecuación perfecta a menor oposición mayor injerencia gringa.

En la misma medida en que la oposición, que tuvo su momento cumbre el 11 abril de 2002 cuando movilizó mas de 500 mil personas, ha ido perdiendo espacios y debilitándose, Estados Unidos ha ido copando la escena política como principal vocero de la oposición: Otto Reich, Jhon Negroponte, Henry Cisneros, Charles Schapiro o Elliot Abrams y por supuesto, doña Condolencia, entre otros, se han transformado en los exponentes de la política opositora en Venezuela, son ellos los que planifican, elaboran y ejecutan lo que la reacción debe decir, porque esa oposición no ha logrado cuajar un liderazgo que los unifique.
Estados Unidos, además, entre agosto del 2002 y agosto de 2004 otorgó escandalosos financiamientos a la oposición venezolana (alrededor de 10 millones de dólares). El National Endowment for Democracy (NED) financió alrededor de 15 organizaciones y partidos políticos en Venezuela. Algunos son Súmate, CEDICE, Asamblea de Educación (hasta el 2003), Liderazgo y Visión, la CTV, Primero Justicia, Proyecto Venezuela y Consorcio Justicia. USAID ha financiado a Súmate, Liderazgo y Visión, Fedecámaras y otros. También, NED y USAID financian a dos organizaciones estadounidenses que fueron establecidas para filtrar los fondos a partidos políticos en otros países que son el International Republican Institute (IRI) y el National Democratic Institute (NDI). Ellos reciben alrededor de $300,000 al año del NED cada uno y recibieron $2 millones de USAID para apoyar a la campaña del referendo revocatorio. IRI trabaja más que todo con Primero Justicia. (*)
Paralelamente, Estados Unidos, ha tejido un discurso de intrigas que van desde declarar (honrosamente) a Venezuela junto con Cuba como “eje del mal”, hasta que Chávez ampara las guerrillas y el terrorismo internacional.
En los planes y guiones de la CIA siempre ha estado la aniquilación de Chávez y su aislamiento de los demás países de la región, no en balde William Brownfield, uno de los principales autores del Plan Colombia es el embajador en nuestro país.
Reconocieron al espurio gobierno de Carmona, han solicitado la aplicación de la Carta Interamericana Democrática en varias oportunidades y viven desvelados tratando de sacarnos del poder.
Condolencia solo repite como un loro las palabras de su amo.
La administración Bush, con su mejor tradición fascista, hace suyo el discurso goebeliano de repetir una mentira mil veces hasta que se conviertan en verdad. Y Condolencia, cual ministra nazi de propaganda, repite junto a sus corifeos en el Congreso, las consabidas mentiras a las que nos tienen acostumbrados. El senador Burton haciendo gala de su ignorancia, afirma una supuesta posibilidad de que Chávez le entregue a Hamas 50 millones de dólares, luego de argumentar con horror que Venezuela tiene ingresos por 100 millones de dólares diarios y de los cuales Estados Unidos aporta 60 millones.
Eso dio pie para que nuestra uncle Condoleezza manifestara su preocupación por la política de Venezuela “que pretende influir a sus vecinos para alejarse de los procesos democráticos”.
Nada más falaz y temeraria que esta afirmación en boca de un funcionario de altísimo nivel del gobierno más poderoso de la tierra, Venezuela entre 1998 y el 2005 contabilizó 11 consultas electorales que van desde la elección presidencial pasando por la relegitimación del año 2000 hasta el referéndum que aprobó la constitución de 1999 y el referéndum ratificatorio de 2004.
Al manifestar sus preocupaciones y dudas con respecto a nuestro país, Condolencia no para de asegurar que le estabilidad en la región y muy particularmente la de ellos pasa por aislar a Venezuela e iniciar una campaña de sensibilización del “vecindario” con respecto a las buenas intenciones de Estados Unidos frente al populista Chávez.
Para luego mentir nuevamente hablando de un supuesto paro del sindicato de transportistas y que además, había recibido apoyo internacional.
Todo eso para concluir que hay que hacer un “frente internacional para oponerse al "tipo de cosas en las cuales se ha involucrado Venezuela". Llamando a Brasil, Austria y España para unirlos a su cruzada antibolivariana.
Ni hay tal paro del transporte, ni los trabajadores estamos enfrentados al gobierno.
Como en todo país verdaderamente democrático, está garantizado el derecho a la expresión, a la organización y el inalienable derecho de los trabajadores a manifestar, y a la huelga.
Pero no se debe confundir eso, con impopularidad del proceso y de su líder, hoy más que nunca nuestra revolución y nuestro presidente gozan de la confianza popular, por lo que las manifestaciones son la reafirmación de los derechos y la obligación del estado a garantizarlos, por eso para la Condi y su amo Bush, somos peligrosos, porque estamos atendiendo la enorme deuda social que ellos con sus TLC’s y sus draconianas medidas neoliberales embaucaron a los pueblos de nuestra América.
Y bella lección dieron los hermanos y hermanas del sector transporte, me refiero a FEDUTRANS y SITRAMECA, al Bloque del Oeste, importante gremio de la capital, quienes junto a las líneas de transporte público de Venezuela, le salieron al paso a las destempladas declaraciones de la señorita.
La lucha de los transportistas, srta. Rice, es por seguridad personal en la prestación del servicio, es por la calidad de vida de choferes y transportistas, quienes tienen sobre sus hombros el traslado del grueso de nuestra población, ellos que manifiestan con cierta frecuencia expresaron: “Nuestra acción fue por la reacción de la muerte de un compañero. Es una voz de protesta y un llamado para que el Gobierno ejecute acciones” y acto seguido desmintieron categóricamente que los transportistas hayan solicitado ayuda a algún gobierno extranjero para resolver su problemática de seguridad.
A sus declaraciones, los trabajadores respondemos, con la misma contundencia con la que derrotamos el paro, con la misma firmeza con la que dimos al traste el golpe de estado y con la movilización y la defensa de la soberanía y el territorio daremos la cara a cualquier intento por truncar la esperanza de un pueblo que se negó a morir o arrodillarse.
Vale especial mención, señorita Rice, que ante su afrenta a nuestro país, ante sus mentiras olímpicas en el senado de su país, los pueblos decididamente dieron su voz de apoyo, simpatía y solidaridad con esta Venezuela, la bolivariana, la de los excluidos, la que dijo ¡no! al ALCA y los TLC’s. Muchos fueron los llamados de adhesión que desde cada rincón del mundo salió en defensa de mi patria. Nosotros, srta. Rice, no necesitamos convencer a nadie de nuestras buenas intenciones, basta con salir a la calle en cualquier barrio popular de Caracas, y muchos hermanos del mundo lo han hecho, para saber con certeza que en Venezuela estamos haciendo eso que a ustedes tanto horroriza, estamos reivindicando al ser humano como sujeto histórico de nuestro proceso, por ende, srta. Rice, estamos haciendo una revolución.
Y sepa señora, que cada plan que salga de sus laboratorios será derrotado, porque a ustedes se les olvidó como se le olvidó a sus lacayos y a sus aprendices de brujo que presumen ser oposición en Venezuela, que el ingrediente más importante en una confrontación es eso que tanto menosprecian, pues para ustedes es un ente amorfo que sirve para ser explotado, para venderle espejitos, para exprimirlos en nombre de lo que ustedes, precisamente representan, la democracia de las transnacionales, y me refiero, Condolencia, al pueblo, no a la sociedad civil, que llena sus salones de cóctel y son sus principales defensores. Al pueblo, a ese que en Venezuela probó su fuerza y su poder y reconquistó su gobierno Al pueblo, a ese que dio una feroz batalla en Bolivia y por fin se salió con la suya. Al pueblo, ese que en Brasil, busca su redención movilizado. Al pueblo, doña, ese que en Colombia durante seis décadas ha pagado con sangre su derecho a ser libres. Al pueblo, srta. Rice, que sacó dos gobiernos en Argentina, y trata de levantar nuevamente las esperanzas de vida que ustedes le arrebataron. En fin, al pueblo de esta América, que dijo basta y que le está haciendo honor a nuestros libertadores, que nunca dudaron en enfrentarse a tiranías e imperios, esos que usted, renegada de su ascendiente, tanto defiende.
Y en el cuadro de honor, nunca lo olvide, los trabajadores, los que día a día echamos a andar el carro de la vida. Los que hemos dado una y mil veces la cara por lo que es justo. Y no sólo los transportistas venezolanos darán un paso al frente.
Porque es nuestra la consigna con la que los derrotaremos históricamente.
¡CON LA RAZON Y LA FUERZA!
¡VENCEREMOS!



Jacobo Torres de León
Coordinador Internacional
Fuerza Bolivariana de Trabajadores
Febrero de 2006.

(*) Tomado de entrevista a Eva Golinger en la revista TEMAS Venezuela el 12 de julio de 2004.

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