Foto 1: Helicoide, estructura simbolica de la parroquia.; Fotos 2, 3 y 5 : Niños durante su actividad formativa. Foto 4: estudiantes de la UBV en su trabajo comunitario y Galkys. Foto 6: San Agustin, Sector Helicoide Mamón. Foto 7: Panoramica de la Parroquia. (Equipo Colarebo).
Parroquia de San Agustín (Norte y Sur), hablando con GALKYS JOSE PAREDES.
Galkys es uno más de esos venezolanos que le han hecho el quite a la vida, buscando en su cotidianidad el camino más adecuado para hacer lo que considera su meta, su norte y la razón de su existencia, por ello, ser lo que es hoy día, es fruto de los vaivenes y de los aconteceres propios de una persona que le toco sortear muchos obstáculos por carecer su familia de las condiciones socioeconómicas necesarias para lograr su sueño.
Nació en Boconó (Estado Trujillo), cuando contaba con 3 años de edad, sus padres deciden trasladarse para Caracas. De esta forma su primera infancia transcurrió -al igual que la de muchos niños-, entre estudiar y jugar; posteriormente cuando inicia su bachillerato siente mucha curiosidad y hambre de conocimiento, por lo que hizo diferentes cursos en dibujo técnico. Una vez termino su bachillerato, decide estudiar arquitectura, la cual estudio hasta cuarto semestre, pues sus padres no pudieron sostener los costos de esta. Después hizo estudios en Publicidad e ingreso inclusive en la Escuela Cristóbal Rojas. A la edad de 17 años, ingreso al ejército, donde trabajo como dibujante, donde aprendió y enseñó mucho. Después se vinculo a la Policía, a la empresa privada (Productos Efe, en el departamento de publicidad).
Con toda esta experiencia a cuestas y por su alto compromiso con la revolución -que en estos momentos se vive en Venezuela-, decide buscar la forma de aportar su conocimiento, habilidades y destrezas. Primero, hace la solicitud de un espacio al Centro Simón Bolívar, le ofrecieron la Escuela Cristóbal Rojas, pero la rechazo porque quería hacer un trabajo de Barrio Adentro en Cultura. Finalmente lo logró y por ello cuenta con un espacio en el conjunto residencial de Jardín Botánico. Luego presenta su proyecto “Creación de la Escuela de Arte, Diseño y Color”, “ARDICOL” a la Alcaldía de Libertadores, la cual lo aprobó en desarrollo del Presupuesto Participativo de los años 2007 – 2008 (claro que fue avalado primero por los Concejos Comunales de San Agustín). El objetivo de este proyecto es contar con un espacio permanente para brindar Educación Cultural Integral para los niños y jóvenes del sector. Actualmente brinda capacitación y formación a 60 niños del Mamón-Helicoide, su meta es que a un año logre hacerlo con 1500 niños y jóvenes de la parroquia. Considera este grupo de niños y jóvenes como el Semillero Artístico que fortalecerá el Corredor Cultural y Artístico que existe en San Agustín (tiene 8 parroquias y 30 Concejos Comunales, de estos solo esta adecuado uno).
Entre las actividades que realiza cuando llegan los niños y jóvenes a este espacio, están:
a. Hacer el diagnostico de cada uno de ellos, reconociendo sus debilidades y fortalezas, tanto en lo educativo, como en sus habilidades y destrezas.
b. Brindar formación teórica y práctica sobre el dibujo técnico.
c. Participar grupalmente juegos de mesa, varios.
d. Compartir alimentos
e. Fortalecimiento de valores éticos y morales, en su cotidianidad.
El ingreso de cada niño al proceso es voluntario. No tiene costo para el, ni su familia. La intensidad horaria es abierta, es decir, se dice de 2 horas diarias, pero los niños permanecen de 3 a 4 horas aquí. Se estipulo que las edades de los niños a atender seria de 8 años en adelante, pero igual vienen de 4 y 5 años de edad. La población a atender estaría ubicada en la parroquia de San Agustín, sin embargo algunos de los niños y jóvenes que viven en Parque Central desean vincularse al mismo.
A pesar de todo esto y los beneficios que se le brinda a esta población infantil y juvenil, actualmente este proyecto no cuenta con recursos, ya que cuando fue aprobado, le asignaron BsF 50.000, los cuales eran para 6 meses de sostenimiento, ya paso del año.
Esta es la historia de uno más de los venezolanos que sueñan y hace realidad el proceso revolucionario con su aplicación en la cotidianidad. Seguirá con su férrea lucha, en que su sueño -o mejor dicho- su proyecto se mantenga a pesar de los pesares. Es uno de los Quijotes que vemos a diario, que obtienen sus pequeñas conquistas con sus grandes batallas, en el ruidoso mundo de la selva de cemento.
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