jueves, julio 15, 2010

"EL TRIUNFO DEL 26-S ES LA ESPERANZA DE UN CONTINENTE" , por: Fernando Buen Abad




14.Jul.2010 / Exhortando a los presentes sobre la importancia y la necesidad de que el pueblo venezolano, junto a su revolución, obtenga una victoria arrolladora en las próximas elecciones de diputados a la Asamblea Nacional el venidero 26 de septiembre, inició su participación el profesor de Filosofía de la Universidad de México, Fernando Buen Abad, quien además aseveró que, entre muchas otras cosas, “ese triunfo es la esperanza, no de Venezuela, no de México, sino de todo un continente”.

A continuación algunos planteamientos expuestos por el amigo y camarada:

“Agradezco inmensamente a este país y la revolución por la oportunidad de estar aquí y poder estudiar, aprender, entender y mirar lo que uno ve todos los días que pasa aquí. Sentir cómo se mueve todos los días y a todas horas un proceso revolucionario”.

“Para mi es una lección, una oportunidad, una fortaleza que me privilegia mucho y la cual también asumo con responsabilidad porque todo lo que a mí me pasa viniendo a Venezuela, lo llevo como tarea de chismoso, para ir a donde pueda ir, a decir que aquí están pasando cosas que son posibles, que están construyendo este proceso revolucionario, que nos da fuerza, esperanza y orientación”.

“Yo vengo de un país que hoy vive los estragos sangrientos de un fraude electoral descarnado, cínico y degenerado. Hemos sido victimados por un régimen político burgués que, en esta ocasión, encontró un payaso llamado Felipe Calderón, un presidente espurio, criminal, socio y cómplice de las peores canalladas que hayamos visto en mucho tiempo en México -y miren que hemos visto muchas- Socio y cómplice de un proyecto criminal que todos los días llena el país de dolor, tristeza, desanimo e impotencia”.

“Vengo de un país que a pesar de los pesares tiene focos revolucionarios, fuentes de indignación, reclamos de dignidad, expresiones de luchas que hoy por hoy están en pie. “Vengo de un país en el que el sureste está ardiendo de necesidad revolucionaria; en el que todavía hoy el pueblo, en duelo profundo, está animando el surgimiento de un proceso revolucionario, como diría un amigo mío, es como un gas que está trabajando por debajo de la tierra y en algún momento encontrará el cauce y la salida”.

“Vengo de esa ciudad, la Ciudad de México que está ahí, donde una vez fue la región más transparente, decía el ahora no tan venerable amigo Carlos Fuentes. Vengo de ese lugar en el que hoy el pueblo de México necesita, nos urge, nos importa, nos preocupa que el proceso electoral de Venezuela salga triunfante, que gane como nunca (…)”

“Siempre que vengo para acá se me agitan las pocas neuronas que me quedan, las dos que tengo, y se me alborota todo lo que tengo de ser porque veo y contemplo que acá se encarna, se cristaliza y se ven todos los días esas cosas que el profundo pueblo de México necesita, quiere y alimenta como una esperanza y como una posibilidad, que es caminar hacia una revolución como lo han dicho acá, con sus propias condiciones, sus propias soluciones, pero así, con el entusiasmo, la fortaleza y la convicción de Venezuela”.

“Ahora vengo de Argentina, pueblo profundo, colorido, lastimado, en el que todavía 30mil almas caminan por todo el territorio pidiendo justicia, clamando, luchando por los derechos humanos sistemáticamente, y ahora los genocidas, los criminales como Videla están nuevamente siendo juzgados para, de alguna manera, mantener viva la memoria y saldar una de las más grandes, impresionantes y dolorosas deudas de la historia de un país”.

“Vengo de allá donde he escuchado la voz del pueblo argentino mirando hacia Venezuela y decir: allá hay una luz a la que le debemos, no solamente los convenios económicos, que son muchos, no solamente los intercambios comerciales, que son muchos, no solamente los acuerdos políticos, que son muchos, ese país está mirando como México, como Bolivia, como todo el continente este proceso electoral venezolano como una síntesis extraordinaria de una nueva cultura del proyecto democrático, como una nueva cultura y una nueva filosofía de la transformación del mundo (…).

“A mí me pasa por el corazón, por las venas y por el hígado, hago cosas y digo (…) Me dicen algunos filósofos que queda mal que uno sea tan pasional en las discusiones filosóficas. Dicen que no está bien que uno sea tan político en sus discursos de filosofía. Dicen algunos eruditos que hace falta siempre un buen caldo de erupción para bañar y condimentar bien las charlas, para que se sienta que uno sabe muchas cosas y que uno puede entender bien las físicas y las metafísicas”.

“Y eso está bueno, pero hay prioridades y yo tengo la necesidad de hablar en un territorio que está moviéndose en revolución; tengo la necesidad de decir que somos muchos los que queremos hacer algo, los que intentamos hacer algo, así sea chiquito, para acompañar el proceso democrático y revolucionario de Venezuela; acompañarlo con el corazón con el pensamiento y con la esperanza”.

“Estamos intentado ahora, por razón de cultura, de filosofía, de política convencer a ciento de miles de personas, por todo el continente, de que manden un mensaje profundo al pueblo venezolano y a su revolución, contándoles por qué es importante que las próximas elecciones sean exitosas como nunca; que aquellos que todavía tienen dudas, preguntas, desencantos o depresión, salgan y escuchen, que entiendan que ahí donde ellos están dudando, hay un continente esperanzado en que se logre su voto, su participación”.

“Nosotros andamos con las ganas de hacer eso, y ya hemos comenzado una serie de actividades, hemos conseguido la solidaridad amorosa de amigos de todo el continente que ya, hoy, están involucrados en este trabajo. Hemos encontrado en este Foro Mundial de Filosofía la solidaridad de los compañeros venezolanos que han sido generosos con sus palabras, con su comprensión y su orientación en las mesas de discusión, y también de los compañeros viajeros que han venido a compartir lo que saben, lo que ignoran, lo que piensan, también lo que inventan, en las mesas de trabajo, en la dinámica misma del proceso revolucionario para tratar de ponerlo con voluntad, al servicio de este proyecto, de este sueño, que nos urgía con necesidad: la revolución venezolana”.
Tomado de www.aporrea.org

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